Los hábitos poco saludables como el sedentarismo, la falta de sueño, una nutrición desequilibrada, el exceso de sustancias químicas en nuestra dieta, el tabaco, el exceso de alcohol, el abuso de medicamentos, la contaminación de nuestro medio ambiente, la exposición constante a radiaciones, etc hacen que nuestro cuerpo tenga que lidiar diariamente con cientos peligros que amenazan con desequilibrar nuestro bienestar.